Enrique Abad y yo en una Cafetería de su pueblo |
Enrique Abad Benedicto llegó a la cita con pantalón azul marino, correa marrón, camisa de color rosa, blanca y azul, bien afeitado y mejor peinado. Aderezado con reloj en la muñeca izquierda, alianza en el dedo anular derecho y cadena de oro en el cuello. En sus manos llevaba
un bloc rojo con las iniciales socialistas y una pluma plateada. Se presenta puntual, vive cerca y ha llegado andando, está contento, saluda a la camarera, la conoce. Sus ojos saltones y verdosos buscan, salgo a su encuentro, me presento, nos besamos, le indico que tengo la mesa preparada. El ambiente es tranquilo, sosegado, ha seleccionado un buen local para la entrevista. Pregunta qué quiero tomar, le respondo que una infusión de menta, él se pide una tónica con hielo en vaso largo, no falta la rodaja de limón. Le formulo la primera pregunta, directa y segura. Sonríe, se presta, contesta con ardor y hasta con cierto placer. Esta pregunta la tenía preparada, su discurso es veterano, nada espontáneo, no le faltan tablas en la oratoria. Sus manos comienzan con la gestualidad.
Ex alcalde de La Rinconada y senador por la provincia de Sevilla. De firmes raíces y convicciones municipalistas, el senador socialista es la voz de La Rinconada en la Cámara alta.
Era maestro de escuela en la Educación General Básica (EGB), a partir de ahí, su vida dio un vuelco, de forma que empezó a compatibilizar, durante un tiempo, la política con la banca. Entró a formar parte de la Caja de Ahorros de San Fernando, dejó su carrera brillante en la banca para estar incluso una temporada en “standby” -“en espera”- porque se propone a posteriori, ser candidato del partido socialista en el año 1987, y hasta hoy. Le gusta todo en su trabajo, ser el representante de los ciudadanos, estar en cortes generales, intentando resolver a través de las leyes, pero con proximidad ante colectivos que le vienen a plantear sus inquietudes, eso es lo que más le gusta. Lo que menos, en cierta medida, la distancia que le lleva a estar días sin el contacto de la familia, pero dice que se suple después, desde lo gratificante que puede significar, el que te vean reconocido en muchas leyes que están en valor.
Enrique Abad pensativo ante una pregunta |
Hombre madrugador, se encarga de que tanto su esposa como su hijo adolescente estén en sus respectivos trabajos. Cumplidor de agenda, despacho, comisiones, plenos, reuniones, ponencias, participaciones, mantiene todo un ritual tanto en Sevilla como en Madrid. Confía convencido, de que ganará el Partido Socialista Obrero Español en las elecciones del 20N, pero respetará al voto ciudadano. En la crisis, antepone el bienestar colectivo, la sanidad pública, el modelo educativo público y las conquistas sociales, como el cuarto bienestar, que es la Ley de La Dependencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario