Andrés Trapiello nació en Manzaneda de
Torío, León, en 1953, y desde 1975 vive en Madrid. Es autor de ocho novelas,
entre ellas El buque fantasma (Premio Internacional de Novela
Plaza&Janés 1992), Los amigos del crimen perfecto (Premio Nadal 2003; Premio Nacional
2005 a la mejor novela extranjera, Pekín), Al morir don Quijote (2004; Premio de Novela Fundación José
Manuel Lara 2005; Prix Littéraire Européen Madeleine Zepter, París, 2005, a la
mejor novela extranjera) y Los confines (2009); de un libro sobre el maquis en
Madrid, La noche de los Cuatro Caminos (2001), y de un diario titulado Salón
de pasos perdidos, del que han aparecido diecisiete entregas. Como
ensayista ha publicado, entre otros, Las vidas de Miguel de Cervantes (1993), El
arca de las palabras (2006), Imprenta
moderna (1874-2005)
(2006) y Las armas y las letras (1994), revisado en 2010. Sus primeros
cuatro libros de poemas se han reunido en Las tradiciones (1991), volumen al que siguieron Acaso una verdad (Premio Nacional de la Crítica 1993) y Segunda
oscuridad (2012). Ha
recibido, entre otros, el premio de
las Letras de la Comunidad de Madrid (2003)
y el de Castilla y León (2011) al conjunto de su obra.
El final de
Sancho Panza y otras suertes
Esta novela cuenta la búsqueda de fortuna de un
grupo de amigos nada comunes. Poco bueno esperan ya de su patria, así que se
ilusionan con un viaje que les cambie la vida. Sansón confía en la promesa de
unas minas de oro y plata, fantasía desatinada donde las haya. Antonia le sigue
por amor, pues empezar de nuevo es el único deseo legítimo y posible. A
Quiteria le parece una locura y Sancho se embarca porque no se resigna a
olvidar la vida errante.
El Nuevo Mundo es de los audaces, como se verá
en esta vertiginosa y siempre inesperada sucesión de "hechos, sólo
hechos" que no van a desvelarse por respeto a los lectores. En Al
morir don Quijote se
relató lo sucedido al famoso caballero y El final de Sancho Panza y otras
suertes da cuenta del
desenlace de sus propias vidas, que son las nuestras. Como sus personajes,
también hoy siguen algunos empeñados en la noble tarea de reencantar el mundo.
Andrés Trapiello |
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