viernes, 28 de febrero de 2014

El Superbarbero de Sevilla adaptado al público infantil

El Superbarbero de Sevilla en el teatro de la Maestranza, Sevilla

El Barbero de Sevilla es la más famosa de las óperas de Rossini y con sus célebres melodías, su ritmo incesante y un humor extrovertido, es una obra fundamental del repertorio. La compañía Tricicle, nos propone una adaptación ágil, llena de vitalidad y de ingenio para todos los públicos.

Dirección de escena                                                                                                              TRICICLE
Dirección musical                                                                                                       ALAN BRANCH


Versión castellana adaptada a la música                                                               MIQUEL DESCLOT

Adaptación musical                                                                                               ALBERT ROMANÍ

Producción
GRAN TEATRE DEL LICEU
en coproducción con el INSTITUT VALENCIÀ DE LA MÙSICA

El argumento

Cuadro I
Nos hallamos en la Sevilla de hace 300 años. El Conde de Almaviva se ha enamorado de una preciosa joven llamada Rosina. En pie, bajo su balcón, le canta una serenata, una tierna canción de amor. La bella Rosina no sale al balcón. Fígaro, el barbero de la ciudad, aparece cantando y
enreda el ambiente. El Conde de Almaviva, que conoce a Fígaro, le explica que está enamorado...
De repente, la joven Rosina sale al balcón y consigue lanzar una carta al Conde de Almaviva, donde le explica que le ha visto en repetidas ocasiones desde la ventana y que tiene mucha curiosidad en saber quién es. El viejo y celoso doctor Bártolo, tutor de la chica, a la que tiene custodiada bajo llave, la obliga a entrar enseguida. Almaviva demostrará su amor cantando otra canción bajo el balcón. Ha cantado y se ha adjudicado un nombre falso, a partir de ahora se hará llamar Lindoro. No desea revelar que es un conde rico. Pretende que Rosina se enamore de él, de su persona, no de su fortuna. Entonces Fígaro propone un plan de acción: "Deberíais disfrazaros de soldado. Hoy se instala un regimiento. Con una orden de hospedaje, la puerta de la casa donde vive Rosina se os abrirá".

Cuadro II
Rosina está harta de sentirse encerrada en la casa del doctor Bártolo. Piensa en Lindoro y le escribe una carta de amor. No quiere casarse con el viejo doctor. Fígaro, barbero personal de Bártolo, es el peluquero de Rosina, llega a la casa para peinarla e ir preparando el terreno del nuevo amor. El doctor Bártolo entra en la casa acompañado de Don Basilio, profesor de música. Éste comunica al doctor Bártolo que el Conde de Almaviva ha llegado a la ciudad y muestra un inusitado interés por la joven Rosina. Los celos enfurecen al doctor, pero el astuto Don Basilio tiene una solución: propone que hagan correr el rumor -una calumnia- que el Conde de Almaviva es un canalla y un traidor. Dan por seguro, que así, Rosina cambiará de opinión. El doctor Bártolo no está convencido de participar en la creación del falso rumor. Prefiere preparar un contrato matrimonial y casarse con Rosina tan pronto como sea posible. Encarga a Don Basilio el papeleo notarial necesario para contraer matrimonio. Fígaro, que ha estado oyendo lo que maquinan el doctor Bártolo y Don Basilio, explica a Rosina los planes de ambos. Rosina se enfurece. Fígaro alegra a Rosina explicándola que el joven Lindoro está enamoradísimo de ella, de quien espera una carta de amor. La joven tiene a punto la carta para Lindoro. Fígaro se apresura a llevársela. Lindoro llama a la puerta e interpreta el papel de un soldado en estado ebrio. Provoca un ruidoso escándalo, hecho que desagrada al doctor Bártolo. Como militar tiene derecho a residir en la casa mientras la milicia se halle en la ciudad de Sevilla. Rosina reconoce al soldado embriagado, se trata de su querido Lindoro. Bártolo se irrita. Poco a poco el doctor Bártolo y el soldado empiezan a pelearse. Entra Don Basilio y da la razón a Bártolo. La situación acaba en un auténtico caos. Lindoro no tiene más remedio que huir.

Cuadro III
Otra vez llaman a la puerta. Entra un personaje extraño disfrazado como Don Basilio. Se presenta como el profesor de música, Don Alonso, que viene a dar clases a Rosina, ya que Don Basilio se ha puesto enfermo. Evidentemente, se trata del Conde de Almaviva, disfrazado de profesor de música para poder verse con Rosina. El doctor Bártolo se deja engañar y va en busca de la enamorada Rosina, que al instante reconoce a su querido Lindoro, a pesar del disfraz. Rosina intenta disimular.
Al doctor le desagrada la idea de que Rosina tenga que tomar clase de canto de un profesor desconocido, pero se conforma a ello. Sentado en su butaca preferida escucha la maravillosa voz de la joven. El anciano Bártolo se rinde al sueño. La pareja dispone de un precioso tiempo para contemplarse y cantar. De forma inesperada aparece Fígaro que viene a afeitar a Don Bártolo. Como si de una aparición se tratara, se presenta Don Basilio, el auténtico profesor de música. ¿Dos Basilios? Es evidente que sobra uno. Todos quedan desconcertados. Fígaro, Rosina y el Conde de Almaviva consiguen deshacerse de Don Basilio, el auténtico profesor de música, haciéndole creer que tiene mala cara debido, sin duda, a encontrarse gravemente enfermo. Los cinco protagonistas cantan juntos organizando un gran jaleo. Logran que Don Basilio marche de la casa y guarde cama.
Por fin pueden continuar las faenas: afeitar la barba, dar la clase de canto y hablar del rescate de la joven durante la noche. Fígaro simula tener una brizna en un ojo. El viejo Bártolo no se percata de cómo la clase de canto se va transformando en un continuo besuqueo. A pesar que Fígaro intenta ocultar la preparación de la fuga de la pareja, el doctor Bártolo descubre el engaño. Grita furioso y enojado mientras los echa de su casa. Cuando el griterío llega a ser inaguantable, vuelve a entrar Don Basilio, el profesor de música. Ha llegado el momento de la verdad. Rosina declara a la concurrencia que ama a Lindoro. El Conde confiesa que no es Lindoro, sino Almaviva. El doctor Bártolo se da por vencido; no le queda más remedio que aceptar el amor que se profesa la joven pareja. Fígaro esboza una amplia sonrisa. Todo ha terminado tal y como había previsto.

Y así acaba la trama. No penséis que historias como ésta no se pueden repetir. Estad convencidos que hoy en día hay personas que se enamoran y luchan en hacer realidad su amor.

Días 2 y 4 de marzo 2014, a las 18,00 horas. (Funciones para familias)
Días 3, 4 y 5 de marzo 2014, a las 10,00 y 12,00 horas. (Seis sesiones matinales para Centros de Educación).

Fotografía facilitada por la productora

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