miércoles, 24 de julio de 2013

Relato erótico: VENTANA ESTIMULADA



 

Ellas conversaban entretenidas, hacía semanas que habían planeado estar juntas unos días, para hablar de sus cosas y divertirse.


La habitación de invitados era grande y austera: una cama, un armario, una mesita de noche, un espejo en la pared, una silla en la esquina y la ventana a medio levantar con la persiana de plástico en color verde y enrollada. Al asomarse por ella vio algo al otro lado, era un cuerpo de hombre, sí, un hombre permanecía de pie frente a la ventana, una mano se le movía a sacudidas, estaba a medio vestir, como la ventana, a medio levantar, pero pronto resultó lo no esperado.


¡Ven, ven! Le dijo una a la otra, ¡se ha girado y se toca!


Aquel hombre, posiblemente un vecino, sabía perfectamente que era observado, se mantenía quieto, frente a la ventana, y mostraba desde las caderas hasta la cintura, con vientre plano y ombligo sugerente, su mano seguía en movimiento, continuaba con la acción de estimulación en su zona erógena, no dejaba de tocarse porque sentía goce sexual, le gustaba y lo dedicaba a supuestas miradas.



Agitadas y embelesadas reían en silencio, aquella mano bailaba precipitada, incitante, desafiante, descarada y manifiesta. Pero una voz gritó a lo lejos, ¡Bajad, la comida está lista! Corrieron apresuradas escaleras abajo hasta llegar a la mesa del comedor. 

 

El secreto de la ventana no podía ser revelado.

 

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